Fuerza Universitaria Rebelde, Osorno
“Pese a todo, a lo largo y ancho del país se oye un solo grito que resuena en las fábricas, fundos, poblaciones y liceos, en los cuarteles del pueblo: el llamado a crear, fortalecer y multiplicar el Poder Popular; el poder de los comandos comunales, el poder de los obreros y los campesinos, el poder de la revolución.” Miguel Enríquez Espinosa.[1]
Nos encontramos a 39 años de la caída en combate del compañero y secretario general del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), Miguel Enríquez Espinosa. Muchos son los homenajes que posiblemente podríamos rendirle a este digno hijo del pueblo, en su calidad de líder revolucionario o por la consecuente moralidad política con la que actuó en tiempos de insostenible terrorismo por parte del Estado.
Pero en esta oportunidad pretendemos centrarnos en una vinculación totalmente necesaria que debemos hacer hoy en día; Miguel Enríquez vivió en un determinado periodo histórico, fue militante de una determinada organización política y defendió una determinada estrategia política para construir un proceso que llevara al pueblo chileno a la construcción del socialismo. Precisamente es en este último punto en donde nos centraremos, abordando al poder popular y su aparición en el plano estratégico en el actual periodo político en que estamos inmersos.
El neoliberalismo se ha planteado como un sistema hegemónico, no solo en lo económico, sino que en las relaciones sociales, ha fomentado individualismo y la poca participación del pueblo a la hora de tomar decisiones de relevancia política-social.
Es en este escenario es donde la estrategia política del poder popular toma fuerza en el periodo, aparece esta como una forma de confrontar al capital y sus respectivas formaciones económico –sociales, puesto que configura una relación de carácter antagónica al orden productivo, replanteando al trabajo desde un marco fuera de las lógicas impuestas por el sistema de dominación capitalista.
Pero debemos ser claros, el actual periodo no nos permite confrontarnos directamente contra el orden capitalista, por causa de la evidente des-constitución teórico-práctica del pueblo y de la clase trabajadora, consolidada durante 40 años de construcción neo-liberal.
Es entonces, donde aparecen los distintos sectores como espacio para construir poder popular y avanzar en la conformación de tendencias clasistas desde el mismo seno de estos. Desde distintos sectores, se han levantado demandas y luchas concretas por los efectos que produce la crisis del sistema neoliberal en la cotidianeidad de miles y miles de chilenos. Es desde estas luchas parciales contra el orden de dominación, en donde aparecen las posibilidades hoy en día, transformar estas y escapar de las lógicas de lucha gremial es uno de los arduos desafíos si nos planteamos como estrategia la concreción de un poder popular de carácter rupturista.
Sintetizando, el legado político de Miguel Enríquez hoy aparece directamente relacionado con el escenario político que enfrentamos, y que se nos avecina. La vigencia del poder popular como estrategia política se consolida en la medida que las “salidas” políticas buscadas por el bloque dominante buscan atrincherarse en proyectos insertos en el Estado-burgués y su respectiva representatividad parlamentaria, para así coaptar al ascendente movimiento popular y orientarlo hacia un consenso o “pacto social”.
“Las transformaciones de contenido democrático, no deben buscar su resolución estratégica al interior del Estado burgués, sino en el control democrático de los espacios sociales. No es ni en los municipios, ni en el parlamento, en donde deben concentrarse las fuerzas sociales democráticas con aspiraciones anticapitalistas. Aquello equivaldría a fortalecer el nuevo pacto social burgués, a través del cual se pretenden resolver políticamente las contradicciones sociales del neoliberalismo maduro.”[2]
[1] Frase pronunciada en el discurso del teatro municipal, 17 de Julio de 1973.
[2] Comunicado público Comunidad Militante, Concepción. Octubre 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario