lunes, 17 de septiembre de 2012

Formación y actualidad de las radios populares en Chile

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Escrito por: Manuel Ansaldo
Extraido de : perspectivadiagonal.org

El fenómeno de las radios populares (alternativas, comunitarias, piratas, etc.) posee una larga historia en nuestro continente, la cual se remonta hacia la primera mitad del Siglo XX. El año 1947, en Colombia y por una iniciativa personal, nace Radio Sutatenza, que tenía por objetivo educar las poblaciones campesinas y descentralizar la comunicación elitista que existía hasta ese entonces.  Años después en la década de 1950, esta vez en las alturas de Bolivia, los poderosos sindicatos obreros del estaño comenzaron a crear experiencias radiofónicas, las cuales se mantenían económicamente por medio de la donación de parte de los salarios de los propios mineros, resultado de la fuerte convicción que existía en torno a la importancia de poseer un medio de comunicación que representara los intereses de la clase trabajadora boliviana, teniendo en cuenta que los medios comerciales los ignoraban completamente.
Ambos ejemplos, corresponden a la propagación en América Latina de la idea que en realidad más que existir medios de comunicación alternativos, lo que en verdad existe son formas alternativas de utilizar los medios de comunicación: Alternativas al monopolio comunicacional que ejercen las elites en todo el mundo.
 Así lo entendieron los primeros grupos que se atrevieron a utilizar los medios de comunicación para mostrar y difundir la realidad de una mayoría que no tenía representación alguna en los medios oficiales existentes. En Chile, las radios populares tuvieron su auge en la época de la dictadura del General Pinochet, ya que servían como mecanismo de coordinación para los diversos grupos y organizaciones populares que se veían obligados a operar en clandestinidad en su búsqueda por suprimir el régimen militar.  Estas mismas radios sufrieron posteriormente una serie de transformaciones (la mayoría se extinguieron) una vez que la Concertación tomó el poder al ganar las elecciones presidenciales del año 1989, quedando excluidas del proyecto político que querían instaurar la Centro Izquierda y la Derecha en Chile (época de los Grandes Pactos políticos liderada por Patricio Aylwin)
En la actualidad y desde la “vuelta a la democracia” (Concepto invalidado por los miembros de radios populares en Chile) las radios han tenido que batallar contra una Ley de Telecomunicaciones que no les otorga ninguna clase de facilidades para mantenerse al aire.  Concretamente, la institucionalidad chilena concesiona las distintas frecuencias del espectro radioeléctrico (esos números en donde uno sintoniza la radio, por ej. 91.9 FM) a grandes consorcios empresariales, los cuales muchas veces poseen más de un espacio, creando verdaderos oligopolios al interior del sistema radial nacional. Lo anterior se manifiesta en que la pluralidad y heterogeneidad dentro de los medios de comunicación se ven fuertemente trastocadas, generando una oferta homogénea y casi siempre condescendiente con esta misma institucionalidad que les permite perpetuar este sistema de concesiones.
En nuestro país, alrededor del 95% de las frecuencias están disponibles para uso comercial, quedando tan solo el 5% destinado a todo el resto de la población que no busca lucrar con las radios, sino más bien posicionar y relatar las distintas realidades que viven la mayoría de las personas y que se encuentran invisibilizadas en los medios de comunicación dominantes.
Las radios populares, que son a su vez el mensaje del pueblo a través del medio tecnológico, han tenido históricamente un rol preponderante en el desarrollo de las poblaciones de nuestro país. Tenemos a la vuelta de la esquina la gran labor que llevo a cabo Radio Santa María en el sur de Chile, la cual transmitió sin parar, día y noche, la realidad del conflicto social producido en Aysén, imponiéndose como medio legítimo cuando los grandes consorcios comerciales se empeñaban en tan solo resaltar la violencia de aquellas largas jornadas de movilizaciones. Y es que es así, estas radios siempre han gozado de la legitimidad de la mayoría, porque en ellas se reconoce el mensaje propio, no tergiversado por intereses económicos. Cabe recordar finalmente, que las ondas radiales recorren libremente los cielos, la libertad de expresión y de comunicar es un derecho de todos los humanos y por lo mismo, designar la mayoría de las frecuencias radiales a empresas comerciales constituye un acto arbitrario y una traición de los gobiernos hacia sus pueblos y su legítima libertad de expresión.

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